En los procesos terapéuticos me centro en tres puntos que para mí son esenciales:
Pasado: Revisamos el pasado para ver qué temas o relaciones no hemos cerrado aún, qué emociones siguen estancadas allí, etc. Es importantísimo sanar el pasado y re-significarlo, pues el pasado no sanado nos pesa muchísimo en el presente.
Presente: Vamos a revisar el presente para detectar todos los estímulos que están llegando a nosotras diariamente y con los que tenemos contacto continuo. Aquí entran también todos los hábitos y rutinas que tengamos (mentales, emocionales, físicos…), todo lo que hacemos diariamente. Con esta revisión, veremos qué hábitos podemos potenciar y cuáles sería ideal empezar a reducir o modificar.
Amor propio: Aunque los dos otros puntos estén trabajados, si este no lo está, vamos a sentir insatisfacción, vacío. El amor propio es esencial para sentirnos conectadas a nosotras, a nuestra esencia, y por lo tanto nos conecta a la vida. Y lo primero es poder conocer a través de qué nos damos ese amor a nosotras mismas.
Por otro lado, también me enfoco en la gestión mental (tanto para cuestionar pensamientos limitantes como para reducir el ruido mental), en el árbol familiar (para detectar patrones y poder liberarnos de ellos) y con la sanación de los vínculos con la madre y con el padre (que nos permitirá la sanación de la niña interna)
Además, la carta natal y la astrología terapéutica son otras de las herramientas que uso para complementar la terapia.