Depresión e inflamación
DEPRESIÓN E INFLAMACIÓN
La depresión, ¿realmente un desequilibrio químico?
Aunque la idea de que la depresión y otras afecciones de salud mental son causadas por un desequilibrio de sustancias químicas (particularmente serotonina y norepinefrina) en el cerebro esté tan arraigada, existe evidencia que sugiere que la depresión está asociada con una respuesta inflamatoria crónica de bajo grado y acompañada por un mayor estrés oxidativo.
No debemos olvidar que los medicamentos antidepresivos, que se basan en la teoría del desequilibrio químico, representan un mercado millones de euros. Por tanto, no es de extrañar, que la gran industria farmacéutica tenga cierto interés (entiéndase la ironía), de perpetuar esta idea. El consumo de antidepresivos se triplicó en nuestro país entre los años 2000 y 2013, al pasar de 26,5 a 79,5 dosis por mil habitantes, según datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
¿Y si la depresión no fuera causada por un «desequilibrio químico»? Concretamente, ¿y si la depresión en sí misma no es una enfermedad, sino un síntoma de un problema subyacente? porque esto es exactamente lo que nos indica una nueva teoría llamada «Modelo de depresión de citoquinas inmunes«, el cual sostiene que la depresión no es una enfermedad en sí misma, sino un «signo multifacético de activación crónica del sistema inmunitario«. [Ver estudio].
La conexión entre depresión e inflamación
Según el modelo anteriormente mencionado, existe considerable evidencia inmunológica que apoya la activación inmune y la secreción de citocinas como procesos importantes subyacentes a la depresión:
- Las citocinas administradas crónicamente a voluntarios humanos pueden producir todos los síntomas necesarios para el diagnóstico de depresión.
- Los pacientes deprimidos secretan más citoquinas que los controles normales.
- El nivel de secreción de citoquinas está estrechamente relacionado con la gravedad de la depresión.
- Los pacientes deprimidos tienen sistemas inmunes activados.
- La activación inmune es la causa de la inmunosupresión concurrente informada con depresión.
Según un estudio publicado en 2013, existe una gran variedad de factores que parecen aumentar el riesgo de desarrollar depresión y parecen estar asociados con la inflamación sistémica. Entre estos factores se incluyen: estresantes psicosociales, mala alimentación, inactividad física, obesidad, tabaquismo, alteración de la permeabilidad intestinal, atopia, cuidados dentales, sueño y deficiencia de vitamina D. [Ver estudio].
Otro metaanálisis de 2010, refuerza la evidencia de que la depresión se acompaña de la activación del sistema de respuesta inflamatoria. [Ver estudio].
Curiosamente, se ha demostrado que los antidepresivos (particularmente los ISRS) reducen la producción de citocinas proinflamatorias como TNF-α, IL-1, interferón IFN-ɣ y aumentan la producción de citocinas antiinflamatorias como IL-10. También cambian la expresión génica de algunas células inmunes involucradas en procesos inflamatorios. Esto sugiere que los ISRS son antiinflamatorios, lo que explicaría su mecanismo de acción si la inflamación es el principal impulsor de la depresión. [Ver estudio] [ver estudio].
¿Qué causa la inflamación?
Podemos decir que la inflamación es la causa de casi todas las enfermedades modernas, como la diabetes, el Alzheimer, las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades autoinmunes, las alergias, el asma y la artritis.
Según los autores de uno de los artículos mencionados al inicio del post, las causas más comunes de inflamación asociadas con la depresión serían las siguientes:
1. La Dieta
La dieta moderna tiene un alto contenido en alimentos que provocan inflamación, como harinas refinadas, exceso de azúcar, grasas oxidadas, grasas trans y una amplia gama de productos químicos y conservantes. Y es baja en alimentos que reducen la inflamación, como las grasas omega-3 de cadena larga, los alimentos fermentados y la fibra fermentable.
2. La Obesidad
La obesidad en sí misma es inflamación. Los estudios han demostrado niveles más altos de citocinas inflamatorias en personas obesas, y la pérdida de peso se asocia con una disminución de esas citocinas. [Ver estudio].
3. Microbiota
Un intestino permeable contribuye a la inflamación y se correlaciona con la depresión. Son numerosos los estudios que vinculan cambios desfavorables en las bacterias que habitan nuestro intestino con el trastorno depresivo mayor. [Ver estudio].
4. Estrés
Aunque el vínculo entre el estrés y la inflamación es quizás menos conocido, la investigación ha demostrado que el estrés psicosocial estimula la red de citocinas proinflamatorias. [Ver estudio]. Como vimos anteriormente, las citocinas inflamatorias se relacionan con la depresión.
5. El Sedentarismo
Existe una gran cantidad de evidencia que indica que el ejercicio es un tratamiento efectivo para la depresión, en muchos casos tan efectivo o más que los medicamentos antidepresivos. También se ha demostrado que previene la depresión en personas sanas sin síntomas preexistentes. [Ver Estudio].
6. Falta de Sueño
La pérdida crónica del sueño aumenta los marcadores inflamatorios y es un factor que contribuye a desarrollar depresión. [Ver estudio].
7. Infecciones Crónicas
Producen inflamación de forma continuada, así que no es de extrañar que la depresión se asocie con distintos patógenos.
8. Deficiencia de Vitamina D
A la orden del día, quizás lo raro es encontrar niveles saludables de Vitamina D y, existe una creciente evidencia que vincula la deficiencia de vitamina D con la depresión. [Ver estudio], [ver estudio].
Comprender las raíces físicas de la depresión puede tener un profundo efecto en las personas que la padecen. Lo más sencillo cuando estamos inmersos en una situación así, es acudir a un psiquiatra que, con bastante probabilidad, nos recetará un antidepresivo y algún ansiolítico de apoyo. Pero, ¿qué tal si nos planteamos explorar las causas subyacentes? ¿qué tal si decidimos abordar nuestros males con menos pastillas, más ver el cuerpo como un sistema completo y con más información?
Es más complejo, lo sé. Requiere un sacrificio y el camino es más largo. Os invito a la reflexión.
¿Has experimentado una mejora en los síntomas depresivos después de implementar una dieta y estilo de vida antiinflamatorios? Cuéntamelo en comentarios, me ayudarás a mi y a otras mujeres. Un abrazo enorme.
Referencias
http://www.cytokines-and-depression.com/chapter7.html
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24715687
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20422333
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/1777728
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/j.1365-2249.2010.04124.x
https://www.nature.com/articles/1395271
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/8880223
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22925537
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22805498
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Hola Maria. Gracias por tu articulo. Pregunto: Es posible que una mujer tenga varios de estos desequilibrios a la vez? Por ejemplo, Hiperandrogenismo, Resistencia a la insulina e Hiperestrogenismo?. Tengo años en la búsqueda de una respuesta. Sufro de Alopecia androgénica (con muchísima grasa), Endometriosis, Dislipemia, axilas oscuras, problemas digestivos, migrañas, dermatitis atópica, etc. Cada doctor me da su diagnostico de manera aislada y aun sigo sin entender cómo es posible tener todas estas enfermedades juntas (siendo una persona con buena alimentación y que hace mucho deporte). Lo más frustrante es no haber encontrado la conexión entre ellas. Estoy buscando desesperadamente una visión integral de todos estos síntomas. – Sara, Madrid.