Conexión Cortisol y Peso Corporal

Cuando hablamos del exceso de peso corporal salen a relucir los altos niveles de andrógenos y de insulina en el organismo, debido a que estas hormonas en las proporciones equivocadas son responsables de muchos desbalances metabólicos.

Sin embargo, no son las únicas hormonas capaces de influir en la salud femenina, en particular en lo que a metabolismo energético se refiere. En esta entrega vamos a hablar de la conexión cortisol y peso corporal.

Si has escuchado hablar del cortisol, seguro que lo conoces como la hormona del estrés, y efectivamente, sus desregulaciones asociadas al estrés son la clave para que ocasione problemas en el control de peso corporal y muchas otras dolencias.

 

Cortisol: La hormona del estrés

El cortisol es una hormona producida por las glándulas suprarrenales como respuesta a la cascada de reacciones del eje hipotálamo- hipófisis- suprarrenal. Es liberado a la circulación después de que el hipotálamo ha recibido estímulos estresores o de alarma.

Esta hormona ejerce múltiples acciones reguladoras en el organismo. Ha demostrado un impacto en la excitación, la energía, los procesos metabólicos, el funcionamiento del sistema inmune e inflamatorio, el estado de ánimo y el comportamiento sexual.

De igual forma, el cortisol es un importante componente de los ritmos circadianos centrales que sincronizan múltiples sistemas biológicos periféricos.

 

¿Qué se entiende por estrés?

Cuando hablamos de estrés podemos distinguir entre el estrés positivo y el estrés negativo.

El estrés positivo contribuye para el crecimiento personal y la supervivencia del individuo, en este estado la persona se presenta más alerta, incrementa su atención y su rendimiento es más alto.

Por su parte el estrés negativo genera estancamiento y disminuye la capacidad de rendimiento del individuo.

El estrés negativo se relaciona con el estrés crónico que varía en intensidad: fuerte o débil. Este tipo de estrés nunca desaparece por lo que genera cambios en la conducta e impide la tranquilidad. A largo plazo potencia la aparición de diversos síntomas y enfermedades.

Cuando hablamos de estrés no nos referimos únicamente al estrés por el ataque de un depredador, al haber sufrido un accidente de tráfico o al tener fiebre.

Nos referimos también al estrés psicológico que se relaciona con acciones de la vida cotidiana.

Para darte una idea pueden ser: el cumplimiento de horarios de trabajo, de tareas y de oficios, las constantes notificaciones del teléfono, el correo electrónico y los mensajes de texto, las preocupaciones financieras, ser cuidador de un ser querido, las alarmas que suenan con menos de cinco horas de sueño, entre otros aspectos del día a día.

 

Influencia del cortisol en el aumento de peso

El cortisol es una de las más importantes hormonas en los seres humanos. Ejerce acciones sobre el metabolismo de las grasas, carbohidratos y proteínas, además de participar en el manejo del balance hidroeléctrico y por lo tanto de la presión arterial.

Las condiciones que se caracterizan por los altos niveles de cortisol generan rasgos de obesidad central, diabetes, resistencia a la insulina e hipertensión. Una condición muy similar al síndrome metabólico.

Esta similitud entre estos cuadros clínicos hizo suponer a los especialistas que en el síndrome metabólico hay alteraciones en la regulación de los niveles de cortisol, y efectivamente así es.

El tejido adiposo de las personas obesas expresa mayor proporción de la enzima que convierte la cortisona (hormona inactiva) a cortisol (hormona activa).

Estas alteraciones perpetúan el ciclo vicioso de obesidad pues el mismo tejido adiposo aumenta los niveles de cortisol que promueve la mayor acumulación de tejido adiposo a nivel abdominal.

A esto le tenemos que sumar el papel que tiene el cortisol en la movilización de las reservas energéticas. Para generar estos efectos debe inducir un estado de resistencia a la insulina con el consiguiente incremento de los niveles de glucosa en sangre. Condición que también esta vinculada a la obesidad.

 

La ansiedad por comer y el cortisol

La ingesta alimentaria es una respuesta común al estrés y a las emociones negativas. A raíz de esto surge el concepto de alimentos confort, que abarca a todos los alimentos altos en grasas,azúcar que se consumen como respuesta a emociones negativas o eventos estresantes.

Esto supone el desarrollo de ciertos hábitos de alimentación relacionados a las emociones cómo:

  • Utilizar alimentos calóricos como premios.
  • Consumo de alimentos de manera descontrolada.
  • Sentimientos de culpa luego de comer.

Todos estos hábitos surgen de la disociación entre las señales cerebrales de hambre y saciedad. Adicionalmente sabemos que las mujeres somos el grupo más vulnerable respecto a la obesidad y a las estigmatizaciones sociales sobre la imagen corporal.

Estos últimos representan una carga de estrés adicional que contribuye a perpetuar el círculo vicioso de cortisol, obesidad y ansiedad. Después de entender cómo el cortisol interviene en el metabolismo energético y cómo contribuye al incremento de peso corporal, no queda más que responder a la siguiente pregunta:

 

¿Cómo combatir los altos niveles de cortisol?

Bajar los niveles de cortisol requiere cambios  importantes en el manejo del estrés. Esto incluye modificar la cotidianidad e incluir herramientas que te ayuden a canalizar las emociones negativas.

El cambio más relevante que debes aplicar en tu día a día es el hecho de dormir lo suficiente y más temprano. Sin ánimos de sonar repetitiva, los seres humanos necesitamos entre 8 a 9 horas de sueño. El cortisol presenta sus niveles más bajos en la media noche y con el sueño tenemos el momento perfecto para descansar, relajarnos y reparar todo nuestro sistema.

Claro esta que existen estrategias nutricionales que contribuyen a combatir los altos niveles de cortisol así como mantenerlos en el límite.

La mejor forma de combatir la ansiedad constante es añadir suficiente proteína en las comidas.

El azúcar tiene un efecto adictivo en el sistema nervioso central, a su vez, los productos que la contiene fungen como alimentos confort.

Lo ideal es limitar el consumo de alimentos ricos en azúcares así como aquellos que son a base de harinas. Su digestión es mucho más rápida por lo que afecta considerablemente los niveles de azúcar en la sangre. Prefiere carbohidratos complejos como las verduras.

Incluye vegetales variados en tus comidas. Recuerda que son la principal fuente de vitaminas y minerales de tu dieta. El estrés crónico consume gran proporción de estos recursos por lo que debes asegurarte de incluirlos en tus comidas.

 

En conclusión

El cortisol es mejor conocido como la hormona del estrés, prepara al organismo para las reacciones de defensa o huida. El problema es que en la moderna y acelerada vida que llevamos los estímulos para la producción de cortisol son constantes.

Los altos niveles de cortisol o la constante producción del mismo somete a los sistemas del organismo a cambios importantes en la dinámica de funcionamiento, lo cual se hace evidente con el incremento de peso corporal a expensas de la masa grasa.

¿La solución? Someterse lo menos posible a los estímulos estresores y adaptar la alimentación de tal manera que favorezca el mejor control metabólico.

 

¿Tienes dudas?, ¿no sabes por dónde empezar? Busca asesoría profesional. Estoy aquí para ayudarte. Contacta conmigo.

 

Un abrazo enorme!!


Referencias

https://scielo.conicyt.cl/pdf/rmc/v145n2/art11.pdf

http://scielo.isciii.es/pdf/nh/v27n5/28original19.pdf

https://www.redalyc.org/pdf/785/78525205.pdf

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5568897/

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